Como muchos sabéis, el 17 de diciembre abrimos al público nuestra sala de escape en Santander. Han sido muchos meses de trabajo, pero estamos contentísimos con el resultado. Cuando nos preguntan qué ha sido lo peor de estos meses, lo tenemos claro: la parte burocrática que conlleva abrir un negocio es horrible, todo son complicaciones y trabas. Cuando decidimos lanzarnos a abrir una sala de escape no tuvimos en cuenta esto, buscábamos hacer algo divertido y al principio fue todo lo contrario... No obstante, pasó esa etapa y llegó lo mejor de todo: la parte creativa.